¿Alguna vez has entrado en una entrevista de trabajo y has sido muy consciente de cómo hueles? ¿La idea de quitarse los zapatos en casa de un amigo le pone nervioso?
¿Pasa horas y horas buscando remedios para los olores corporales? Tal vez invierta en todo tipo de productos perfumados y se duche durante más tiempo para asegurarse de que no tiene olor corporal. Y a pesar de todo eso, ¿la idea de que podrías oler todavía te atormenta? ¿Sigue teniendo miedo a estar sucio o a oler mal?
Si te sientes identificado con esta sensación, es posible que tengas autodisomofobia. También es probable que tengas bromurofobia, que es el miedo a los olores percibidos.
El conocimiento es poder. Y combatir este sentimiento es posible si tienes las herramientas adecuadas.
¿Qué es la autodisomofobia?
La autodisomofobia es el miedo a oler mal. Esta fobia obsesiva al olor corporal es a veces una reacción exagerada. También puede ser un producto de la imaginación. La persona afectada está convencida de que emite un olor desagradable, lo que le lleva a bañarse varias veces al día o a dejar de socializar como mecanismo de afrontamiento.
La autodisomofobia, una fobia social, también se conoce como síndrome de referencia olfativa (SRO). El SRO puede tener efectos adversos en el poder de interpretación. Considerado como un subtipo de Dismorfia Corporal, también podría estar relacionado con el Trastorno Obsesivo-Compulsivo. El estrés, el aislamiento y la evitación son las principales implicaciones de la autodisomofobia.
Causas de la autodisomofobia
La causa del síndrome de referencia olfativa (SRO) podría estar relacionada con un trauma social o con la herencia. Un acontecimiento del pasado puede servir de desencadenante para activar el trauma. Las fobias sociales como la SRO son más complejas de lo que parecen, ya que las causas e implicaciones se revelan con el tiempo. La química del cerebro, unida a las experiencias traumáticas, altera el ritmo de desarrollo de esta fobia.
Síntomas de la autodisomofobia
Los síntomas de la autodisomofobia son subjetivos. La mayoría de las personas que padecen SRO pueden tener comorbilidad u otros problemas de salud mental como la ansiedad o el trastorno obsesivo-compulsivo. Factores como el nivel de la fobia o el alcance del trauma que la causa podrían alterar su gravedad. Lo que hace más difícil el diagnóstico es que los síntomas no siempre se manifiestan a la vez. A veces, se acumulan con el tiempo y pueden empeorar o mejorar también.
Sin embargo, los expertos clasifican los síntomas en dos tipos.
Síntomas físicos
- Respiración pesada
- Palpitaciones del corazón
- Ataques de pánico
- Sequedad de boca
- Destellos de calor o frío
- Náuseas
Síntomas psicológicos
- Aislamiento social
- Ansiedad y depresión
- Vergüenza
- Baja autoestima
- Pensamientos suicidas
- Adicción a las drogas
¿Cómo superar la autodisomofobia?
La autodisomofobia puede ser extremadamente incómoda, hasta el punto de empujar a alguien a desarrollar tendencias suicidas. Si sientes que tu miedo es incontrolable hasta el punto de ser doloroso, considera buscar ayuda profesional. La situación no es tan funesta como tu cerebro te permite creer. Hay ayuda. Hay varios tratamientos disponibles. Puede mejorar. Aunque los profesionales no te garanticen un 100% de ausencia de fobia, pueden aliviar tu miedo hasta el punto de hacerlo soportable.
Si te ayudas a ti mismo y a tus pensamientos, podrás conseguir mejores resultados. Por eso la autoayuda es el primer paso. Esto es lo que puedes hacer
Convéncete de que vas a salir adelante, pase lo que pase
El cerebro se cree las ideas que sigue reforzando. Rodéate de amigos o familiares positivos con los que te sientas seguro, para saber que no estás solo.
Comprender un problema es la respuesta para encontrar su solución
Por eso, llevar un diario es una forma estupenda de rastrear la raíz y los desencadenantes de tu fobia. Una vez que identifiques y te familiarices con lo que desencadena tu fobia, empieza a trabajar en la búsqueda de soluciones alternativas que no te hagan sentir que te estás esforzando demasiado.
La autoconversión positiva es una parte importante para superar las fobias
Sigue diciéndote a ti mismo que esto es sólo temporal y que estás destinado a superarlo. Poner citas motivadoras en los lugares donde pasas una parte importante de tu tiempo puede levantar tu ánimo y mantenerte positivo. Una rutina matutina de afirmaciones positivas es una excelente actividad con la que empezar el día.
Apoyo y refuerzo
Una gran parte de la superación de cualquier fobia es el refuerzo. Y eso es perfectamente normal. Todo el mundo necesita un poco de refuerzo de vez en cuando. Visitar a un terapeuta es una excelente idea si necesitas ayuda con esto.
A continuación, enfréntate a tus miedos, no de golpe, sino paso a paso. Si las interacciones sociales le resultan difíciles, empiece por dedicar tiempo a salir con las personas de su círculo íntimo. Poco a poco, esfuérzate por invitar a los de tu círculo externo y, cuando sientas que estás preparado, puedes salir al exterior.
Tratamientos autodisomofobia
Los terapeutas pueden recetar medicamentos para una solución a corto plazo. Sin embargo, ni resuelven el problema ni los medicamentos están exentos de efectos secundarios. Por lo tanto, no son el curso de acción recomendado.
En casos extremos, se recetan antidepresivos como los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS) a quienes tienen fobias y trastornos de la personalidad. Su única función es aumentar temporalmente los niveles de serotonina en el cuerpo. No se trata de un tratamiento.
Terapia cognitivo-conductual
Un método de psicoterapia profesional contra el SRO es la llamada Terapia Cognitivo-Conductual (TCC). Esta forma de terapia crea una influencia positiva en su comportamiento y pensamientos. Este tratamiento también es aplicable a otros trastornos mentales o fobias. La TCC se centra en relajar y relajar su mente modificando su enfoque de las situaciones y guiando su curso futuro.
Desensibilización y reprocesamiento por movimientos oculares
Otro método de tratamiento es la Desensibilización y Reprocesamiento por Movimientos Oculares (EMDR). Este tratamiento se centra específicamente en la resolución de traumas de la infancia o de experiencias pasadas. También se utiliza para ayudar a quienes padecen un trastorno de estrés postraumático. Es similar a la TCC porque ayuda a trazar un curso para el futuro al tiempo que aborda y trata los problemas del pasado.
Lo que no hay que hacer
Bastantes personas que experimentan autodisomofobia tienden a consultar a médicos que no están especializados en problemas de salud mental, como otorrinolaringólogos o cirujanos. Esto puede resultar perjudicial y caro, ya que se puede recomendar una cirugía innecesaria. Por ejemplo, en el caso de la SRO, la gente busca que le extirpen las glándulas sudoríparas. Se trata de una decisión precipitada, ya que no resuelve el problema mental mayor. Por eso no se recomienda utilizar métodos que no se apliquen específicamente a los problemas de salud mental.
Ningún médico o profesional de la salud mental puede garantizar que se libere completamente de su fobia. Sin embargo, un profesional de la salud mental puede ayudarle a aliviar los síntomas y guiarle en el proceso de control de la SRO o la autodisomofobia por su cuenta.
El miedo a oler mal es algo que todo el mundo experimenta en la vida. Ya sea el mal aliento o los pies apestosos, todos hemos pasado por ello. Esto no es en absoluto un reflejo de ti como persona. Eres más que un subproducto de lo que temes. Es más, eres más grande que tus miedos.
No tengas miedo de pedir ayuda. Si hay algo que te molesta, merece la pena hablar de ello. Céntrate en los aspectos positivos de tu vida siempre que necesites un golpe de realidad. Siempre puedes recurrir a tu familia más cercana o a tus amigos más íntimos para que te ayuden a pensar con claridad. Al ser lo suficientemente valiente como para reconocer tu problema y decidirte a combatirlo, ya has dado el primer paso en la dirección correcta.
El cambio es la única constante en la vida. Es esencial seguir avanzando. Esto no significa que tengas que tomar decisiones radicales que cambien tu vida para llegar más lejos. Da pasos de bebé, pero haz que cuenten. Al fin y al cabo, tú tienes el poder de ayudarte a ti mismo.